Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

30 diciembre 2005

Obras que sí merecen la pena


Para que se vea que nuestro considerado Ayuntamiento también hace buenas obras. Y sobre todo, en Navidad. Eso si es emplear el contenido (contante y sonante) de las arcas municipales con eficacia. ¡Qué remedio! Ya podía ser asi siempre ¿no?
30-12-2005
Diario El Correo
Edición Vizcaya
JOSÉ MARI REVIRIEGO/BILBAO
El Ayuntamiento de Bilbao ha cerrado al tráfico la calle Buenos Aires en plena Navidad, debido al riesgo inminente de hundimiento de la calzada. El corte, decretado ayer de forma urgente, obedece al pésimo estado de la vieja red de alcantarillado que discurre a cuatro metros de profundidad bajo la carretera. Los desprendimientos internos y las erosiones que sufre la galería subterránea son de tal gravedad que apenas queda un palmo de suelo entre la bóveda y el asfalto del tramo más dañado.
Para que no se abra un socavón por el paso de vehículos, el Consistorio ha adoptado dos medidas de emergencia: prohibir la circulación, salvo la del tranvía -su trazado evita la zona crítica-, y excavar una zanja de cinco metros de longitud para reparar la incidencia de manera provisional. La obra puede durar tres días -hasta el sábado incluido-, tiempo en el que la céntrica avenida permanecerá clausurada a los coches. La restricción se produce en un momento delicado para la vida de la ciudad, con la Nochevieja por delante y las compras navideñas a medio hacer.
La concejalía de Obras y Servicios detectó los daños en la noche del miércoles en una de las galerías principales que recoge el agua de lluvia desde la parte alta de Bilbao. Un operario bajó al pasadizo y pudo comprobar y fotografiar el alcance de los desperfectos: Paredes de mampostería derrumbadas, cascotes en el cauce, filtraciones y, lo más grave, desprendimientos en el techo. «O actuamos o se nos cae. Y ni yo, ni nadie en el Ayuntamiento, se la puede jugar», explicó ayer gráficamente el delegado del departamento, José Luis Sabas, acompañado por la concejala de Circulación, Ibone Bengoetxea, y dos directores de su área.
Con urgencia
«Preocupado» por el peligro de hundimiento del firme, el equipo, en coordinación con la Policía Municipal, decidió ayer mismo cerrar la calle con urgencia. El corte se realizó a las 17.00 horas, treinta minutos después de anunciar que se trata de «un problema serio». Sabas descartó una posible relación entre el mal estado de la cañería, de 2,5 metros de altura, con los desperfectos provocados en dos tuberías próximas durante los trabajos de renovación de las redes de agua, calificados de «chapuza» por el Partido Popular. «No tienen relación alguna», reiteró la directora de Aguas, Noelia Izquierdo.
Los responsable del área atribuyeron los daños en la galería de pluviales a su antigüedad -tiene cien años- y al desgaste de la piedra por el paso de las aguas. Su sustitución estaba prevista para el próximo año. «Se nos ha roto antes de lo previsto», dijo Sabas.
Como solución, el Ayuntamiento se verá obligado a emplear el método que trataba de evitar a toda costa por su impacto en la zona: la temida zanja. Desde ayer, los operarios, ayudados por excavadoras, trabajan a contrarreloj para encauzar las aguas mediante la colocación de una tubería de PVC. Se trata de una especie de remiendo antes de arreglar de forma «definitiva» las 'tripas' de Buenos Aires. La reparación provisional permitirá salvar la Cabalgata de Reyes, que utiliza su asfalto de camino al Ayuntamiento, y el primer fin de semana de rebajas, dado el carácter comercial y estratégico de la calle, uno de los ejes del tráfico de Bilbao.
Los representantes municipales pidieron disculpas a la ciudadanía por los trastornos que les pueda causar el cierre y los ruidos durante las obras, y llamaron a residentes y visitantes a no circular en coche por la plaza Circular. El corte se establecerá desde este punto hasta la confluencia con Colón de Larreátegui. El Bilbobus y los taxis contarán con un recorrido alternativo por la calle Navarra, mientras que los vehículos privados deberán acceder al Ensanche por las calles Bertendona y Astarloa. Los vecinos, por su parte, podrán usar un tramo de Buenos Aires para aparcar en Ledesma.
El tranvía será el único medio de transporte que mantendrá su servicio habitual, ya que la zanja se abrirá en mitad de los dos carriles de la carretera. Los peatones también podrán pasar sin peligro. El concejal de Obras y Servicios destacó la mala vejez de la red de aguas con un aviso sobre eventuales nuevas reparaciones: «Esto nos volverá a pasar en alguna otra calle comercial».

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