Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

15 mayo 2007

Inauguraciones. 3 meses antes de las elecciones, por favor

Como suele decirse el electorado no tiene memoria. O eso cree un cierto porcentaje de quienes han sido elegidos para regir las instituciones. Y es que esto parece la película de Berlanga Bienvenido Míster Marshall.
Y mira tu por dónde, una de las inauguraciones recientes representa como ninguna el espíritu de la legislatura, e incluso, tiempos anteriores. Me refiero a la plaza Campuzano. Por supuesto, con garaje incluído. Un responsable o varios (no se si ingeniero, arquitecto, diseñador, decorador o funambulista) se le ha ocurrido poner el piso de la rotonda de la plaza y parte de su exterior, con baldosa rugosa. Un estilo medieval, diría yo. No adoquín como en Iparraguirre que se repara cada seis meses o así, porque cede. No. Este es irregular.
El día de apertura de la plaza fue un auténtico circo. Ya se ha ido calmando. La gente no sabía si eso era peatonal o una calzada. El aspecto no aparenta que los coches deban circular por ella. Leyendo la noticia posterior a esta entrada se puede hacer uno la idea.
La gente que pasa por alli o vive cerca de la plaza se acabará acostumbrando a no invadir la rotonda. Los que no pasen por alli, los visitantes, turistas y forasteros en general, veremos si la invaden o no. Tal es el aspecto confuso que tiene.
Pero lo mas grave es lo que tiene que ver con la movilidad y el transporte público. Los autobuses que subían hacia Autonomía, desde la Gran Vía por Doctor Areilza y los que bajaban desde Autonomía por Iparraguirre si que han notado, y mucho, el cambio. Ahora suben por Gregorio de la Revilla y se desvían por Manuel Allende a través de alameda Urquijo para subir a Autonomía. No se si pasando la iglesia de El Carmen vuelven a incorporarse a Gregorio de la Revilla. De ser asi olé por el giro.
Para bajar de Autonomía a Gran Vía: Gregorio de la Revilla, Urrutia, Urquijo, Gregorio de la Revilla de nuevo, y por fin Gran Vía.
En resumen, nuestro querido Bilbobús sube y baja por Gregorio de la Revilla y bordea las calles adyacentes a la plaza Indauchu. Asi que los tapones de Manuel Allende serán (ojalá que no, pero seamos realistas) cosa cotidiana. Tanto se han ensanchado las aceras que ahora pasan factura. Que aparque un coche, que un repartidor haga su labor, que pare un taxi y un largo etcétera de circunstancias harán mas entretenido el viaje a los sufridos conductores. Los del coche privado y los del transporte público. Y no digamos a los pasajeros. Pero no pasa nada porque nadie tiene prisa ni tiene que cumplir horarios.
Asi que cuando haya un atasco en la plaza Campuzano será un atasco en una plaza preciosa y singular.
Por cierto, que para hacer los giros los buses han de turnarse y coordinarse bien. Tal es de angosta la rotonda.
Que Rodríguez Arias sea para vehículos particulares se disculpa porque ahora tienen Doctor Areilza para ellos solitos. Para la zonas adyacentes a la plaza Indauchu ya tienen todas las calles con las aceras ensanchadas para circular y aparcar (!). Esas mismas (como manuel Allende y Urrutia) que compartirán con el Bilbobús.
Y me alegra de que haya vecinos en Bilbao que piensen que son el ombligo del mundo y la plaza, según ellos, haya quedado preciosa y elegante. Pero ese cambio afecta a muchos vecinos de Bilbao que van o pasan por esa plaza. Y que estaría muy bien un Bilbao bucólico totalmente peatonal. E irreal.
P.D.:
El mismo día 10 de Mayo habia dos noticias municipales más: las prisas por peatonalizar e inaugurar traen sus consecuencias y la contaminación atmosférica en el centro de Bilbao es mas severa.

10-5-2007
Diario El Correo
Edición Vizcaya
HELENA RODRÍGUEZ/BILBAO
Los peatones invadieron Campuzano despistados por las losetas de la plaza
En su estreno, los coches transitaron sin problemas, pero la mayoría de los paseantes atravesaron la rotonda, convencidos de su carácter peatonal
La nueva plaza Campuzano pasó ayer el primer examen tras su apertura al tráfico el lunes por la tarde. Dos años de obras han traído consigo un aspecto renovado, pero también cambios en la circulación en las calles adyacentes que presagiaban cierto caos de tráfico para la mañana de ayer. Finalmente, las complicaciones, aunque existieron, no fueron de la magnitud esperada. No obstante, el Ayuntamiento ha decidido mantener, «durante varios días», la presencia de la Policía Municipal para informar de las variaciones a todos los usuarios y evitar así problemas.
Los agentes ya guiaban ayer a los conductores más despistados, pero en especial a los peatones. «La mañana ha sido bastante tranquila en lo relativo al tráfico, seguramente porque la mayoría de los automovilistas ya estaban acostumbrados a no pasar por aquí y tenían rutas alternativas. Sin embargo, hemos tenido que parar a muchos viandantes», advirtió un agente. El hecho de que la calzada haya sido cubierta con losetas en lugar de con asfalto hizo que muchos pensaran que el espacio era sólo para paseantes. La presencia de la fuente central, unida a que el paso de vehículos fuese intermitente -con muchos ratos con ausencia total de tráfico rodado- reforzó aún más esa percepción.
Según argumentó un portavoz del Consistorio, en la urbanización del enclave se eligió colocar baldosas en lugar de asfalto «porque dan un aspecto más amable a todo el entorno». Los caminantes, no obstante, no lo veían claro. «Pero si esto es peatonal ¿no? Si no hay rayas ni asfalto... no entiendo nada la verdad», comentaba confundida Miren. Vecina de la cercana calle Licenciado Poza, tuvo que cambiar su trayectoria en mitad de la plaza por la presencia de un turismo. A su lado, un agente municipal la sacaba del error y le indicaba que para los transeúntes el espacio era la acera.
El Ayuntamiento aseguró que la rutina acabará con las confusiones. Una costumbre, por otro lado, adquirida por muchos en los días previos a la inauguración de Campuzano. «Antes de abrirse a la circulación, la zona ha estado dos días a total disposición de los caminantes y ahora creen que sigue siendo así. Es cuestión de tiempo que asimilen el cambio», manifestó un portavoz municipal.
«Todo está señalizado claramente. Los viandantes tienen sus pasos de cebra que son bien visibles», apuntó la misma fuente. Los afectados no lo percibían así. «No he visto ningún indicador de que no pueda pasar por aquí», criticaba José Antonio, que desde la esquina de Gregorio de la Revilla observaba, «un poco contrariado por la confusión que genera», el nuevo aspecto de la plaza.

Con precaución
También los conductores particulares andaban un poco confusos. Sobre todo, los que accedían a la rotonda desde Rodríguez Arias. «Es que con este firme no sé si puedo entrar o no. Si no fuera porque en la esquina con Máximo Aguirre un municipal me ha dicho que 'sí', hubiese creído que me había confundido», reconocía Aitor. Aún así, el conductor bilbaíno entró en la plaza con precaución. Eso le permitió esquivar a un matrimonio que cruzaba desde Gregorio de la Revilla para ver de cerca la fuente.
Otros que estrenaron Campuzano fueron los taxistas y los conductores de autobús. Entre estos últimos hubo incluso quien se acercó a pie para comprobar la señalización. Para el gremio del taxi «quizás falten indicadores», pero el auténtico problema «es que la gente cree que es peatonal. O avisan, o cambian el suelo».

ADOLFO LORENTE/BILBAO
a.lorente@diario-elcorreo.com
Un corrimiento de tierra obliga a cortar el paso del tranvía varias horas
Un corrimiento de tierra ocurrido a primera hora de la tarde en la calle José María Olabarri de Bilbao, en el que un operario resultó herido y tuvo que ser evacuado al hospital de Basurto con una fractura en un tobillo, obligó al tranvía a modificar su itinerario a su paso por la calle Navarra. Así, los convoyes que procedían de Atxuri se vieron obligados a parar a la altura de la Sociedad Bilbaína y dar la vuelta hacia su lugar de origen. Los viajeros, mientras tanto, tuvieron que recorrer a pie la distancia que existe hasta la parada de plaza Circular para coger aquí los trenes hacia Basurto.
Según explicaron fuentes de Bilbao Ría 2000, sociedad interinstitucional que promueve las obras de peatonalización de José María Olabarri, el incidente se produjo en torno a las 15.30 horas, cuando varios operarios trabajaban en una zanja abierta en la zona que linda con la calle Navarra. Al parecer, el paso del tranvía produjo una vibración que derivó en un corrimiento de tierras que atrapó a uno de los trabajador, quien fue trasladado a Basurto con pronóstico reservado.
Para evitar que el paso de nuevos convoyes volviera a ocasionar algún problema en las trincheras abiertas en el asfalto -se están renovando las redes de saneamiento-, se optó por suspender la circulación del Euskotran en este tramo de la calle Navarra. La afección se prolongó durante toda la tarde, aunque está previsto que hoy se restablezca el servicio habitual.
Los operarios se afanaron en sujetar el firme y reponer el pavimento. La peatonalización de José María Olabarri forma parte de un proyecto que contempla la renovación de la estación ferroviaria de La Concordia. Está previsto que las obras concluyan en agosto, antes de que comience la Aste Nagusia.

ROBERT BASIC/BILBAO
r.basic@diario-elcorreo.com
Las zonas del centro cuentan con la peor calidad del aire de todo Bilbao
El tráfico es la principal fuente de contaminación atmosférica de la villa El nivel de partículas sobrepasa los límites fijados por la UE
Basta con una sola bocanada para comprobar que la calidad del aire en Bilbao ha mejorado. Claro que esto no se debe a una actitud más respetuosa con el medio ambiente por parte de los vecinos de la villa, hay más coches que nunca, sino más bien a la desaparición de la industria pesada que hace años anidaba en la capital vizcaína. Eso sí, respirar en Txurdinaga sabe diferente que hacerlo en Indautxu. Los medidores de polución colocados en diferentes áreas de la ciudad constatan que las zonas del centro son las que presentan un mayor grado de contaminación, debido a la fuerte carga del tráfico que soportan, mientras que los barrios con menor impacto vial en sus calles -caso de La Peña y Rekalde, entre otros- acreditan un mapa atmosférico bastante más limpio.
En estos momentos, Bilbao cuenta con nueve estaciones de medición de la calidad del aire que se encuentran situadas por distintas zonas de Elorrieta, Txurdinaga, Parque Europa, Indautxu, Larraskitu, Mazarredo, Monte Arraiz y dos en Zorroza. Pues bien, las principales sustancias contaminantes que captan las máquinas son el dióxido de nitrógeno y las partículas de suspensión. Los tiempos en el que el plomo reventaba la función pulmonar de la ciudad han pasado a la historia. «La situación ha mejorado de forma exponencial y ahora se mantiene estable», aclara Javier Lasa, jefe de la subárea municipal de Medio Ambiente.

Autonomía y Sabino Arana
El experto reconoce que el nivel de partículas de suspensión que flotan en el aire -procedentes de las emisiones viales y las obras- se encuentran «por encima de lo recomendado por la UE». Sin embargo, precisa, «en el resto de los apartados cumplimos con la normativa comunitaria».
Lasa opina que las zonas cercanas a las calles Autonomía y Sabino Arana son las que soportan la «mayor contaminación atmosférica. El volumen del tráfico es brutal y habría que reducir el uso de coches particulares y fomentar el consumo de combustibles ecológicos». En el otro lado de la balanza, donde se respira el aire más limpio, están los barrios de Txurdinaga, Otxarkoaga y Rekalde.
La calidad del aire empeora sobre todo en las situaciones de anticiclón, con la ausencia del viento, mientras que la lluvia actúa como el filtro purificador. «A día de hoy, los principales focos de contaminación son el tráfico, la calefacción, la actividad portuaria y las obras. ¿Imponer una 'ecotasa' en el casco urbano? No sería descabellado, aunque es más una decisión política que técnica», concluye Lasa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ecotasa ? Dios Santo, hay que ser indocumentado...

Precisamente por una medida de ese tipo determinado partido político perdió unas elecciones en las Islas Baleares...