Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

11 febrero 2008

IMD. Gestión nefasta

Un ejemplo más de lo que se define sin duda ninguna como despilfarro. Y es que el dicho de que no se maneja igual el dinero propio que el ajeno es una cruda realidad. Y realidad que se repite de manera cotidiana salpicada de ejemplos sangrantes como éste. Y si no que se lo digan a alguien que comenta la lamentable noticia:
elman opina:
439.000 euros por el proyecto de un palacio de hielo perdidos + 9 millones de euros de una dragadora que no sirve + 6 millones de euros tb perdidos por que el guggenheim compra dolares sin seguro. Vamos que aqui estamos que lo tiramos... ¡DIMISIONES YA!

10-2-2008
Diario El Correo
Edición Vizcaya
JOSU GARCÍA
El IMD pagó hace tres años 439.000 euros por el proyecto de un palacio de hielo que hoy es un solar abandonado
Los actuales gestores no han decidido aún el futuro de una iniciativa ideada por EA y asumida por el PNV Un estudio condiciona su viabilidad a la entrada de capital privado para cofinanciar el coste de 18 millones
El proyecto para levantar el Palacio de Hielo de Bilbao junto al polideportivo de San Ignacio permanece congelado desde hace tres años. El Instituto Municipal de Deportes (IMD) ha gastado 439.000 euros en la realización de un estudio de viabilidad y en la redacción de un proyecto arquitectónico que sigue a la espera de que un promotor privado acepte embarcarse en la gestión y construcción de un equipamiento que demanda 18 millones de euros. El terreno destinado a albergar la infraestructura es hoy un solar abandonado, sin más utilidad que la de alimentar la maleza y servir de «vertedero» de escombros y materiales de obra. Los vecinos lamentan su inutilidad y ya han denunciado en varias ocasiones su carácter insalubre.
El desglose de la factura fue el siguiente: los honorarios del arquitecto ascendieron a 349.000 euros. Para hacerse con el proyecto, ganó un concurso a finales de 2002 que también recompensó económicamente al segundo y tercer clasificados, por importes de 9.500 y 8.500 euros, respectivamente. El informe de viabilidad, entregado ya en 2005 por la empresa Deloitte, costó otros 72.000, según la documentación a la que ha tenido acceso EL CORREO.
Se conoce el desarrollo administrativo de la idea, pero su concreción sigue siendo una incógnita seis años después. En 2008 tampoco habrá avances. Los presupuestos del Ayuntamiento de Bilbao no consignan ni un solo euro para una iniciativa que ratifica la falta de planificación, rigor y control del organismo municipal que ya se ha evidenciado en operaciones urbanísticas como la del parking-polideportivo de La Peña o, como ha venido censurando el Partido Popular en las últimas semanas, en la cadena de deficiencias afloradas en las instalaciones deportivas de la ciudad. Una crítica que los actuales rectores del IMD, bajo la tutela de Ezker Batua, reconocen como herencia del anterior mandato, cuando el área era gestionada por Eusko Alkartasuna.

Una larga gestación
La idea de levantar un nuevo palacio de hielo -Bilbao ya contó con el de Nogaro, en Artxanda, durante los años 70 y 80- fue abanderada en 2002 por el entonces concejal de Juventud y Deportes, José Manuel Uribarri, que formó parte de la lista de EA en las elecciones de 1999. El PNV gobernó con este partido en minoría durante aquella legislatura.
Antes del finalizar el mandato, Uribarri convocó un concurso de ideas para avanzar y dar forma a la propuesta. El ganador fue el joven arquitecto oscense Coll Barreu, que esbozó un edificio acristalado que recordaba a un iceberg. El equipamiento contaría con un graderío con capacidad para 2.000 personas, según se anunció en su presentación. En el acto, el edil de EA aseguró que «quien se espere que este Palacio de Hielo va a ser una simple pista de patinaje como las que hay en San Sebastián o Vitoria está muy equivocado: el de San Ignacio va a ser un complejo como sólo hay tres en Europa».
A los siguientes comicios municipales, los de 2003, el PNV y Eusko Alkartasuna concurrieron en una lista conjunta. Iñaki Azkuna encabezó una plancha en la que también figuraba Uribarri. En su programa electoral se podía leer textualmente: «Se impulsará la creación de un Palacio de Hielo en el polideportivo de San Ignacio, único en su género en el Estado y el cuarto que se construye en toda Europa. Sólo existen tres instalaciones similares en Inglaterra, Suecia y Francia».
Los nacionalistas ganaron las elecciones y sumaron el apoyo de Ezker Batua, alcanzando la mayoría. EA siguió al frente de Bilbao Kirolak. Y una de las primeras decisiones de Uribarri, que repitió como edil de Deportes, fue la de encargar un estudio de viabilidad sobre el equipamiento. El dictamen, que se entregó al Consistorio un año y medio después, es concluyente: la infraestructura sólo será rentable «con inversiones de terceros».
El proyecto entró entonces en vía muerta, a la espera de un promotor que apostara por la iniciativa. Jon Aritz Bengoetxea, que se hizo cargo del IMD tras la expulsión del partido de su compañero Uribarri, así lo reconocía a principios del año pasado, en el transcurso de una comisión de comparecencia: «Se han hecho gestiones para buscar cofinanciación, pero no han fructificado (...) No se ha descartado el proyecto, sino que se están buscando fórmulas de financiación».
En el mismo foro, ante los representantes del PP y del PSE, el entonces gerente de Bilbao Kirolak, Oskar Garbisu, afirmó que «la instalación implica un esfuerza superior al previsto inicialmente». Finalmente, Bengoetxea aseguró que, «dada la cercanía de las elecciones, deberá ser la próxima Corporación la que tome la decisión de seguir adelante con la idea del Palacio de Hielo, partiendo de que hay un proyecto y de que éste es bueno».
Tres meses después de esta comparecencia, y tras el descalabro electoral de EA, Ezker Batua se hacía cargo del IMD. En ocho meses de gestión, este partido no ha movido todavía ficha respecto al proyecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El proyecto de palacio de Hielo, no es un derroche. Precisamente fue Jon Aritz Bengoetxea el que paralizo (que no anulo) el proyecto al darse cuenta de la inviabilidad presupuestaria del mismo si era el ayuntamiento el que tenia que sufragarlo integramente.

La posibilidad entonces no es otra que la entrada de capital privado en el proyecto. Se tanteo, y hubo varias empresas interesadas, pero su propuesto de construir un centro de comercial en el mismo recinto que acogeria la pista la hacian inviable ya que eso terminaria con todo el pequeño comercio del barrio.

La forma de que se construya es mediante una concesion (que no venta) para la explotacion del palacio a cambio de sufragar parte de la obra.