Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

13 septiembre 2009

La cuesta de septiembre cuesta

Bienvenidos (si es que no se fueron) a Bilbao de nuevo.
El metro sigue sin el quinto vagón (y lo que te rondaré morena...), el cole comienza y vamos llegando todos juntitos a nuestra querida villa. Poco a poco nos dejan de contar las fantasmadas y batallitas vacacionales...
Vuelta a la cotidianedad, normalidad de horarios y esas cosillas. Hombre, que todo sigue igual, pues no. Ahí tenemos un nuevo soporte para las luces para cuando llegue la Navidad o tal vez sirva para publicidad institucional.
O tal vez sea una nueva forma de arquitectura artística con 3 lucernarios y un cajón soportados por una tubería en forma de L... Ummmmh... puede ser.
El caso es que quien circule por Mazarredo para seguir por Urquijo, atravesando la Gran Vía va a tener que ajustar y mirar mucho el retrovisor. No sea que alguien por detrás venga muy rápido y nos parta el cuello. Mejor una multa, que rompernos las cervicales ¿o no?

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