Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

27 diciembre 2010

Privilegios

Una vez más volvemos a recordar a esa gente que dedica su tiempo a resolver los problemas de la ciudadanía. Que nadie piense que son extraterrestres. Son humanos como nosotros. Ellos son similares a nosotros y viceversa.
Tiene mucha gracia cuando los que se quejan en la barra del bar dicen que son unos cuentistas y no sabemos que más calificativos cariñosos. Me pregunto si esta gente sale a la calle a reclamar sus derechos, si vota a quienes dice que viven del cuento, si se informan de lo que les rodea...
Como suelo decir ni todos los políticos son vividores, ni todos los españoles toreros ni todos los funcionarios unos vagos.
Pero lo que si ha de imponerse es el ejemplo de quienes deberían ser los primeros en mostrarlo.
¿Por qué tanto privilegio?

20-12-2010
El Confidencial
Carlos Fonseca
Tirando a dar
Sepa cómo jubilarse a los 60 y olvídese de la reforma de las pensiones

Antes de nada, unos datos estadísticos. Somos, tras Japón, el país con mayor esperanza de vida del mundo, y eso es malo.  Nos resistimos a morirnos a una edad razonable, pongamos los 75 años, para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Diez años cobrando del Estado y al hoyo. Sería lo lógico, pero nunca tenemos bastante. ¿Sabe usted  cuál será la esperanza de vida en 2049? 84,3 años para los hombres y 89,9 para las mujeres. No se tomen a broma lo de los decimales, porque son meses de más castigando las arcas de la Seguridad Social. Esta es la situación.
 
Ahora tenemos perras ahorradas para pagar a los jubilados presentes y futuros hasta dentro de 20 ó 25 años. Si las previsiones no le alcanzan, no se preocupe, el presidente Zapatero le va a hacer trabajar dos años más. De esta manera, usted cotiza 24 meses más y la Seguridad Social se ahorra su pensión durante ese tiempo, lo que supone una barbaridad de millones de euros de ahorro. Esto es, entre otras cuestiones menos relevantes, lo que la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo ha debatido esta semana sin acuerdo. La oposición se opone a la ampliación de la vida laboral y el PSOE dice que no hay otro remedio.
 
Da lo mismo, porque las reuniones de la comisión han sido un puro trámite para que Rodríguez Zapatero justifique una decisión que tiene tomada de antemano: regalarnos dos años más de curro. Las recomendaciones del Pacto de Toledo y las protestas de los sindicatos se las pasa el presidente por el Consejo de Ministros. Le convendría escuchar más a los ciudadanos y recurrir menos a esa pléyade de banqueros y altos ejecutivos que exigen sacrificios a los demás desde sus salarios opulentos y sus pensiones millonarias. 
 
Ahora les voy a contar un secreto, el de las pensiones parlamentarias y otras prestaciones económicas a favor de los ex parlamentarios, aprobadas por las mesas del Congreso y del Senado el 11 de julio de 2006, con una modificación mínima el 18 de diciembre de 2007. Son 4 folios del Boletín Oficial de las Cortes Generales (14/07/2006) que les voy a resumir. Sus señorías se pueden jubilar anticipadamente a los 60 años si han cotizado durante 40 y han sido diputados o senadores durante al menos siete.

Más ventajas. Mientras la cuantía de la jubilación de cualquier trabajador se determina según su cotización a la Seguridad Social durante los quince últimos años de vida laboral (de los 50 a los 65, sin que se tengan en cuenta periodos anteriores), diputados y senadores tienen garantizada la pensión máxima (2.466,20) con once de actividad parlamentaria. Si sus señorías han cotizado antes de su designación o después, pero no les alcanza para dicha cuantía, las Cámaras abonan la diferencia entre el que les correspondería por lo cotizado y el importe máximo.
 
Si su señoría tiene 55 años en el momento del cese, no tiene oficio ni beneficio y se queda en paro, las Cortes corren con su cotización a la Seguridad Social hasta completar el periodo necesario para tener derecho a la pensión de jubilación más elevada. Si no dispone de ingresos o patrimonio suficiente tiene además derecho a una ayuda económica hasta que se jubile equivalente al 60% de la asignación constitucional (en esta legislatura 3.126,52 euros mensuales). Les hago la cuenta: 1.875,91 euros.
 
Y una última acotación: las Cortes les costean también un plan privado de pensiones mientras mantengan su escaño, en el que ingresan mensualmente el 10% de sus emolumentos. El objetivo, dice el reglamento, “es situar a los parlamentarios españoles en un nivel equiparable a la media de los países en nuestro entorno”.
 
Dicho lo que antecede, espero que nuestros representantes den ejemplo y modifiquen con diligencia el actual reglamento para equiparar la edad de jubilación a la del resto de mortales. Durante su mandato deben disponer de medios económicos y materiales suficientes para dedicarse por entero a su tarea que, no olvidemos, es voluntaria y de servicio público. Cuando cesan pasan a ser ciudadanos como cualquiera de nosotros, con los mismos derechos y obligaciones. Haber desarrollado una responsabilidad pública no puede convertirse en un privilegio vitalicio. 

Hasta el próximo lunes.

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